En el año 1910, nació entre un grupo de amigos y vecinos, la idea de formar un club de fútbol; concretada su fundación recibió el nombre de Leandro N. Alem. Su primer presidente fue Hilario Gómez, lo acompañaron como directivos y jugadores a la vez, los siguientes señores: Pedro Lovasano, Segundo Campos, Aristeo Tabares, Domingo Ituarte, Juan Aguirre, Ramón y Félix Gómez, Olivo Ghilardi, Riccieri Gironacci, Juan Gondora, J. Amarillo, H. Word, Andrés Buffali, Raúl y Ramón Canedo, José Santoro, y otros.
 El campo de juego en que se inicio sus prácticas, fue el delimitado por las calles Sarmiento, Gálvez, Libertad y Juárez Celman, ubicación actual de la Capilla “Santa Lucia”. Luego de varios cambios, se afincó en forma definitiva en el terreno que sería años después la primera cancha del Club Unión.
Su nombre y el color de su divisa, manifestaban si lugar a dudas una ideología política: lo que no contribuyo a darle la amplitud esperada.

Más tarde y al flujo del entusiasmo de otro grupo de jóvenes, capitaneado por el entonces estudiante Ítalo Nannini, quien sería su primer presidente; fundándose otro club al que llamo Estudiantes Argentinos.
El núcleo de fundadores estaba constituido por los señores: Alfredo y Eduardo Baccelli, Buenaventura Ayasa, Raúl Ghilardi, Arturo Monteverde, Orlando Pagni, Dante Gironacci, Gilberto y Pedro Orsi, Calimerios Britos, José, Juan y Arístides Fagnani, Constante Massagli, Antonio Ciarniello, Juan Carlos Orsi, Mariano Villoslada, Pedro Tonelli, Alfredo Vivaldi, Antonio Chanfri, Emilio Duarte, etc.

Tuvo su cancha en la manzana formada por las actuales calles Rivadavia, Humberto 1°, Colon y Moreno. Ambos clubes desenvolvían su acción y realizaban la práctica de fútbol en base a su desbordante entusiasmo y exento de toda dirección técnica, habiendo por parte de algunos de sus componentes la predisposición hacia el juego recio y vigoroso, lo que los convertían en bruscos y hasta cierto punto peligroso. Modalidad que a poco llevo al las dos entidades a un estado de tensión deportiva y crisis económica.
 Cada club contaba con un número limitado de asociados y para presenciar los encuentros que se disputaban el público no abonaba entradas a las canchas.

 Debido a la precariedad de sus medios, estos equipos efectuaban muy pocas salidas fuera de los límites de la localidad; cuando ellas se producían se debían recurrir a una especie de colecta entre los más pudientes para costear los gastos de los pasajes.
En este estado se hallaban ambas instituciones, cuando a mediados de 1916 fue designado director de la Escuela Provincial N° 73 “Dr. Adolfo Alsina” el señor José Páez, entusiasta del balompié. Justamente con un maestro de la misma, Lucio Españon, se incorporó al C. Alem.
 Con posterioridad, se radicaron también en la localidad los señores Asís y J. Rafael, que cómo los antes nombrados se sentían atraídos por el fútbol; contribuyendo todos ellos a suavizar antagonismo y cimentar una nueva moral deportiva.
 Si bien algo se había conseguido, no todo estaba logrado, fue así como a comienzos de 1917, surgió como única alternativa para superar el estado de crisis por el que atravesaban, de común acuerdo entre algunos dirigentes, la resolución de fusionarlos y formar una sola y más fuerte entidad, que con el consenso general se denominó: Club Atlético Unión.
 Es de tal manera como el 12 de Octubre de 1917 nace a la vida nuestro Club, ya que en reunión definitoria realizada ese día en una de las aulas de la Escuela N° 73, se eligen sus primeras autoridades, recayendo la responsabilidad de los distintos cargos en las siguientes personas:

PRESIDENTE: Asís Rafael
SECRETARIO: Buenaventura Ayasa
TESORERO: Arturo Monteverde
VOCALES: Ítalo Nanning - Lucio Españon - José Páez - Raúl Ghilardi - Olivo Ghilardi - Pedro Orsi - Gilberto Orsi - Juan Fagnani - Constante Massagli.
Con esfuerzo, dedicación, entusiasmo y notable decisión, fueron tomando cuerpo los sueños que pergeñaron aquellas mentes notablemente fecundas. Efectuadas algunas remodelaciones en las dimensiones del terreno, posteriormente se construyó la hermosa pileta de natación y otras obras complementarias de la misma. Además, la pileta para niños con forma circular. En ese bonito entorno la infraestructura siguió incrementándose con la construcción de parrilleros, sólidas mesas, bancos, sanitarios, etc. Asimismo, esa magnífica zona parquizada pronto fue adornada por enormes canteros de mampostería cubiertos de plantas florales y arboladas con bellos ejemplares de distintas especies. También allí, fueron ubicados con excelente criterio: hamacas, subi-bajas, toboganes, y una preciosa calesita mecánica que más tarde fue nombrada patrimonio de la ciudad por su histórica presencia. Todos estos juegos infantiles divirtieron y alegraron cuantiosas veces a nuestros chiquilines que los disfrutan inmensamente al usarlos y aún hoy, las nuevas generaciones lo siguen haciendo, ya que estos elementos de esparcimiento continúan notablemente brindando con sus movimientos y colorido, toda la mágica sensación de fantasía que envuelve por siempre a la dorada época de la niñez.

Luego se concentra la monumental obra del gimnasio cubierto, lugar de múltiples actividades, que además de comprender la principal cancha de básquet, se ha convertido en gran escenario de un sinnúmero de acontecimientos de gran significación en la vida de toda una ciudad. En el mismo predio, paulatinamente se fueron construyendo: frontón de pelota paleta, dos canchas de tenis y otra de paddle; todas, al aire libre. Dos canchas de bochas cubiertas con buffet y otras obras accesorias más la cancha de fútbol auxiliar donde asientan las categorías infantiles y juveniles.
Conforme a todo el espléndido conjunto que formaba el sector y acorde al momento estupendo que atravesaba el país, por ser período de impresionantes reuniones bailables y grandes festivales, como también concursos de cantores y maratones de baile, se construyó un elegante escenario de material y una amplia pista de baile a las expensas del cielo. Por aquel entonces, figuras de renombre internacional, artistas de todos los géneros fueron contratados y desfilaron demostrando su calidad y fama por dicho lugar, en varias temporadas. Todo esto motivó la concurrencia del público en forma masiva a toda fiesta que organizara el Club, ya que la misma garantizaba, un éxito total. Ante ésta convocatoria, una multitud heterogénea llegaba de distintos medios de transporte a la famosa pista-parque. Otro tanto sucedía con el salón de la antigua Sede Social, que más adelante se convirtió en aquel suceso inolvidable que se llamó: “MUSICAU”. Llegaban jóvenes desde Rosario hasta más allá de San Nicolás y poblaciones intermedias de esta línea, como también de la amplia colonia interior de nuestra zona, para confluir en nuestras instalaciones donde siembre se brindaba espectáculo y sana diversión, a lo que se agregaba, una superlativa cordialidad y muchas otras cosas más. Sin dudas, hechos imborrables para quienes les tocó vivirlos…
En 1997 se efectuó el traslado de la Sede Social al nuevo edificio de calle Rivadavia, a continuación del gimnasio. En esas instalaciones se desarrollan las actividades y tareas administrativas propias y concernientes al gobierno de la entidad. Se completa la infraestructura con un amplio buffet, lugar al que concurrimos sin ningún distingo y siempre dispuesto a dar lo mejor de nosotros en procura de mejores fines.
En nuestra entidad el deporte se vive intensamente. Se practican numerosas disciplinas. Los jóvenes tienen en el Club un lugar de inmejorables condiciones para desarrollar su actividad deportiva y para ser formados con visitas al futuro en cuerpo y alma. Mientras, los mayores también forman parte de la gran legión que concurre a nuestras instalaciones en busca de camaradería y un merecido descanso placentero.

Podemos decir con legítimo orgullo que Unión fue y es, representado en numerosas lides competitivas, dentro y fuera del país, por deportistas cabales ya fueran mujeres u hombres; en categorías infantiles y juveniles; mayores o veteranos, siempre imbuidos de un gran espíritu amateur, habiendo logrado por méritos propios: campeonatos, torneos, y hermosos trofeos. Como si fuera poco, la ciudad y su gente saben perfectamente que muchos de aquellos pibes que hicieron sus primeros pasos en nuestros campos deportivos, se han destacado en el orden nacional a un altísimo nivel y llegaron a tener el muy grato honor de representar a nuestra población en grandes competencias. Estamos seguros que no serán los últimos de nuestros semilleros, ya que siempre seguirán otros que, con certeza, buscarán la gloria y llevar el nombre de nuestro querido Club Atlético Unión a lo más alto y con gran orgullo.

De su fundación hasta los días actuales, el Club se sigue nutriendo de un formidable material humano que trata de seguir las huellas indelebles que nos dejaron nuestros mayores. La mente siempre clara e inteligente de viejos dirigentes, acompañados de jóvenes voluntariosos y dispuestos al aprendizaje, hará seguramente que el trabajo mancomunado llegue a buen término tras la gestión. El diccionario dice que la palabra UNIÓN en una de sus acepciones significa: conformidad y concordia de las voluntades y opiniones. Esforcémonos cada día por lograrlo para el bien del Club y de toda la gente que lo compone. Así, no quedarán dudas que aquellos nuestros fundadores, ilusionados con el porvenir, acertaron plenamente al darle como nombre a nuestra institución: CLUB ATLÉTICO UNIÓN.

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